Francia empieza una nueva era, con la dinastía Fignon llevando el rumbo del reino.
Después de un pequeño periodo caótico, donde el antiguo rey Louis V era un títere a manos de los barones, Philippe Fignon consiguió derrocar al anterior rey, y casándose con la prima de Louis, Monique Lemoine se alzó como nuevo rey y salvador de Francia.
Año 1300-1302
Philippe I pronto se da cuenta que sus comienzos no van a ser fáciles. Los díscolos barones movilizan en la sombra a la plebe para rebelarse contra su monarca. Francia es casi asolada por numerosas rebeliones que son poco a poco sofocadas por el ejército. Además los cátaros consiguen sublevarse en Dauphine y el Papa ordena al Gran Duque de Lombardía, Lorenzo de Otranto, ir a dicha provincia para exterminar a los herejes.
El rey francés inicia contactos con los principales reinos de Europa para conseguir alianzas matrimoniales, comerciales y militares. Pacta una serie de matrimonios de conveniencia para conseguir tratados de no agresión.
En el año 1302 el Gran Duque Lorenzo pide ayuda oficialmente en su lucha contra los cátaros y Philippe I marcha a Dauphine con sus ejércitos.